NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE

1.9.11

Poemas a la nada



Te Regalo

Te regalo una rosa, por cada beso que me has dado.

Te regalo un jazmín, por cada abrazo tuyo.

Te regalo un tulipán, por cada palabra dicha de tu boca.

Te regalo un clavel, por cada mirada que me has dedicado.

Y te regalo mi corazón, porque el tuyo ya me lo has regalado.

Desilusión

Y es como si sintiera el ocaso,

frío sobre mis hombros desnudos

con el pesar de un día que nunca se asoma

y el cálido sopor que hastía las ilusiones.

Cambiado sol que me cegó en algún momento

y llenó los agujeros de dolido sufrimiento

como aquella rama traicionera que acaricia el cielo.

Magnanimidad ante el suspiro que vuela mis cabellos,


sedosos hilos que cubren mi rostro

y camuflan las esmeraldas pueriles ante el sentimiento.

Camino al cielo

Sobre aquella escalera

que me lleva al consuelo

se asoma una rosa,

tan roja como mi sangre,

tan lejana como el amparo

que es alcanzada por la luz celestial

intrigando las ilusiones de un futuro desconocido

que marca blanco el camino clemente.



Roces a la solitaria tierra

Cuando mi mirada inconsciente

se pierde en el vacío mar de los pensamientos rotos,

las luces de la tierra exiliada han de verse apagadas

cegando todo encuentro a la esperanza.

Muda desilusión que expiran los orbes en las ventanas de la vida

llenando con lágrimas cada sendero en la piel.

El silencio tiende a ser llevadero

más la ausencia de sonido no alienta a los roces superficiales que suele darle al universo...

Belleza

Como fragmentos de esta alma

van cayendo silenciosos los pétalos de aquella rosa

que en ese ramo se mantuvo firme,

hasta ceder denigrante ante

aquellas que añoran su belleza

siendo la patrona, la merecedora

de goces y dolores.

En cada espina lleva una gloria

y en su tallo resplandece su vida

brillando ante el astro que la ilumine.

El silencio y la calma

El desvelo de una noche calma

en que la neblina roza tus mejillas

y tus manos no son más que el reflejo

de un alma mía.

El silencio llora buscando respuestas

y el canto del viento interroga los sentidos

como quien goza de paz llevadera,

una muerte cercana y aguda

es lo que más anhela.

Odio y Amo

Odio el tiempo, por mí lo detendría.

Odio la autoridad, por mí yo mandaría.

Odio las palabras, por mi callaría.

Odio los sentimientos, por mí no sentiría.

Odio las miradas, por mi todos seríamos ciegos.

Odio la vida, por mí moriría.

Amo la música, por mí siempre la escucharía.

Amo los libros, por mí imprimiría miles.

Amo el frío, por mi me congelaría.

Amo la sangre, por mi la bebería.

Amo el silencio, por mi siempre callaría.

Amo los sueños, por mi nunca despertaría.