Te Regalo
Te regalo una rosa, por cada beso que me has dado.
Te regalo un jazmín, por cada abrazo tuyo.
Te regalo un tulipán, por cada palabra dicha de tu boca.
Te regalo un clavel, por cada mirada que me has dedicado.
Y te regalo mi corazón, porque el tuyo ya me lo has regalado.
Desilusión
Y es como si sintiera el ocaso,
frío sobre mis hombros desnudos
con el pesar de un día que nunca se asoma
y el cálido sopor que hastía las ilusiones.
Cambiado sol que me cegó en algún momento
y llenó los agujeros de dolido sufrimiento
como aquella rama traicionera que acaricia el cielo.
Magnanimidad ante el suspiro que vuela mis cabellos,
sedosos hilos que cubren mi rostro
y camuflan las esmeraldas pueriles ante el sentimiento.
Camino al cielo
Sobre aquella escalera
que me lleva al consuelo
se asoma una rosa,
tan roja como mi sangre,
tan lejana como el amparo
que es alcanzada por la luz celestial
intrigando las ilusiones de un futuro desconocido
que marca blanco el camino clemente.
Roces a la solitaria tierra
Cuando mi mirada inconsciente
se pierde en el vacío mar de los pensamientos rotos,
las luces de la tierra exiliada han de verse apagadas
cegando todo encuentro a la esperanza.
Muda desilusión que expiran los orbes en las ventanas de la vida
llenando con lágrimas cada sendero en la piel.
El silencio tiende a ser llevadero
más la ausencia de sonido no alienta a los roces superficiales que suele darle al universo...
Belleza
Como fragmentos de esta alma
van cayendo silenciosos los pétalos de aquella rosa
que en ese ramo se mantuvo firme,
hasta ceder denigrante ante
aquellas que añoran su belleza
siendo la patrona, la merecedora
de goces y dolores.
En cada espina lleva una gloria
y en su tallo resplandece su vida
brillando ante el astro que la ilumine.
El silencio y la calma
El desvelo de una noche calma
en que la neblina roza tus mejillas
y tus manos no son más que el reflejo
de un alma mía.
El silencio llora buscando respuestas
y el canto del viento interroga los sentidos
como quien goza de paz llevadera,
una muerte cercana y aguda
es lo que más anhela.
Odio y Amo
Odio el tiempo, por mí lo detendría.
Odio la autoridad, por mí yo mandaría.
Odio las palabras, por mi callaría.
Odio los sentimientos, por mí no sentiría.
Odio las miradas, por mi todos seríamos ciegos.
Odio la vida, por mí moriría.
Amo la música, por mí siempre la escucharía.
Amo los libros, por mí imprimiría miles.
Amo el frío, por mi me congelaría.
Amo la sangre, por mi la bebería.
Amo el silencio, por mi siempre callaría.
Amo los sueños, por mi nunca despertaría.