NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE

4.9.12

Dos lágrimas

Me senté despacio dentro del auto. Mi cuerpo resbalaba y sentía como mis ojos no aguantaban más el retener aquel líquido pegajoso, que nada más bastó un parpadeo para que bajara raudo por mis pómulos. Mi torso comenzó a temblar, justo como mi interior lo hacía en ese momento. Mis labios se curvaron hacia abajo, una mueca de sufrimiento se apoderó de mi rostro. No pude soportar mi propio peso y el tiritar de mis hombros me obligó a recostarme en aquel pequeño espacio, flectando mis piernas y como siempre, acercándolas a mi estómago. Cubrí mi cara. No quería ser vista, los sollozos insistentemente fuertes eran suficiente. Cerré mis ojos muy fuerte, queriendo acallar el dolor. El vacío en mi interior me hacia daño, sentí como mi palpitante órgano vital era arrancado. Tenía frío y mis rodillas chocaban dolorosamente a medida que el vehículo se zamarreaba. Callé y sin notarlo mis párpados calleron calmos, ahogando todo aquel sufrimiento en algún sueño que pronto no recordaría.