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13.9.12

Soy dueña de mis tristezas

Estoy conforme con tantas cosas y desconforme con tantas otras. No aparento ser alguien que no soy, y al momento de sentir miradas que ya rebalsan el límite de la buena educación, no pierdo mi tiempo al preguntarme por qué o inclusive ponerles una mínima de atención. Si se fijan en mis cortes, nunca sabrán la historia detrás de ellos. Pueden especular y quizás tacharme de depresiva, "emo". No me importa nada. Sé que soy más que muchos, aunque sea vulnerable y me cuestione el por qué de muchas cosas, aunque mi cuerpo esté marcado y quizás en mis ojos aun haya un dejo de tristeza. No quiero borrar lo que hace que yo sea como soy. Con mis pensamientos existenciales y mis llantos y sonrisas, me acepto. Y soy relativamente feliz solo por eso, sin sentir lástima ni molestia con los que se observan íntegros y normales y están aún más vacíos que yo. La mayor diferencia es que yo soy auténtica. Mis tristezas, dolores, alegrías y cualquier sentimiento va más allá de lo superficial, son reales y merecedores de la más grande atención. El que ignora lo que siente, no vive. Vivir es sentir, es ser a quién uno le tocó ser sin pensar en las consecuencias y sin compararse con el resto. Es llorar si estás triste y sonreír si estás feliz.

¿Por qué las alegrías se conmemoran con regalos, trofeos, sonrisas y abrazos, mientras que la tristeza es ignorada y vista como algo "malo"? Más que mal es un sentimiento, puro y de cada uno, que debe hacerte crecer y tal vez darte cuenta de que si puedes ser auténtico. Las alegrías no siempre me pertenecen. Y como estas, yo me veo en la obligación de conmemorar las tristezas. Un tiempo fue con cortes, otro con llantos y quizás ahora con caras largas, pero no pretendo hacer creer que estoy bien. No me siento "una pobre weona que se cortaba", todos somos diferentes, vivimos nuestros sentimientos como tales y hacemos lo que sentimos que debemos hacer (O SE SUPONE). Así que ¿quién dice que demostrar a mi manera, y como la de otros miles de chicos está mal? Nadie es lo suficiente como para juzgar a otro, nadie tiene el derecho de hacerte sentir mal. Por eso, cuando sean llamados emos, gordos, feos, antisociales, frikis, piensen ¿qué es lo que me hace menos? NADA. Al atreverme a mostrarme como soy, hacer lo que quiero sin pensar en el resto, eso, ESO, si me hace superior. Seguiré siendo un ser pensante por lo que reste de mi vida, y nadie más que yo misma será el encargado de destruir mis ilusiones y devastar mi vida. Solo yo puedo vivirla como me plazca y disfrutarla a mi manera. Yo soy dueña de mi.