NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE NEVER MORE

4.9.12

Una lágrima

Podía sentir como el pecho se me cerraba, y mi cuerpo entero era consumido por una familiar sensación de angustia, que me llevó instintivamente a juntar los muslos con mi estómago y abrazar mis piernas fuertemente , mientras mi rostro caía pesado entre mis rodillas débiles, que se tambaleaban al igual que mi respiración, cada vez más irregular producto de los sollozos nacientes de mi pecho. En mi cara comenzaba a reinar un calor incómodo, al mismo tiempo en que mis párpados luchaban por mantenerse abiertos, y mi visión por mantenerse clara; pero era inútil, sabía que un líquido salado inundaría mis ojos, para luego caer por mis mejillas e infiltrarse en la comisura de mis labios. Mi boca entreabierta dejó escapar desconsolados suspiros, que más que nada inhalaban aire fugazmente, para liberarlo de la misma manera y hacer llegar a mis oídos aquello, como un sonido desalentador y de más está decir, triste. Cada vez mis manos se aferraban más a mis pantorrillas, llegando a causarme daño, un mínimo dolor físico que era desplazado a medida que el rumbo de mis pensamientos iba de mal en peor. Quería callar mis lamentos, hacer que mi agonía fuese solo mía, sin embargo haber esperado tanto tiempo para derramar esas lágrimas provocaba que el silencio se hiciera más y más ausente, obteniendo la habit ación una orquesta de sollozos, de gemidos que salían ahogados por el ardor de mi interior, y de las fuertes bocanadas de aire que mi anatomía insistía en obtener, obligándome a imaginar que con cada aliento, un pedazo de mi alma abandonaba mi cuerpo, dejándolo así, sangrando y vacío. Siendo nada.