Me gusta imaginarme mundos bizarros, en donde todo aquel que habita es indiferente a lo morboso, a lo extraño. En donde los niños no sonríen por sonreír, chapotean en sangre y usan las pistolas como utensilios. En donde cuando cae la noche, se asoman las estrella a centímetros de las narices y la luna se puede coger con la mano, para jugar con ella tal como una pelota. Que de los árboles crezcan corazones y cuando caigan hagan nacer otro árbol, haciendo un bosque de frutos rojos. Donde Dios camine por las calles y puedas darle la mano como un amigo. Y cuando sea invierno, el yeti toque la puerta de tu casa sólo pidiendo abrigo. Mi mente maquina imaginándome dentro de ese mundo, usando lindos vestidos y con una mueca indiferente en mi rostro. Cuando se asome la tristeza mis ojos lloraran lágrimas de sangre, y mi pálida piel manchada será la musa de fotógrafos. Me imagino que el llanto de los bebés hará que los ancianos rían, y cuando estos mueran dejarán un recién nacido a cambio. El asesinato sería legal y el suicidio algo cotidiano. Los frutos evolucionarán como personas, y los esqueletos serán monumentos para jugar. Se me viene a la mente también, que en estos mundos existe solo un rey, un anciano de cara puntiaguda, bigotes y barba larga, que vista un traje de terciopelo negro. No le puedes hablar porque no te escucha, pero el puede hablar aunque tu no lo entiendas. Lo puedes mirar pero no ves nada, y el te puede ver aunque con otra forma. Si lo tocas se siente como si tus yemas rozaran el fuego, mientras que el siente como si un hielo pasara por su cuerpo. Los cambios y ordenes los emite mediante pensamientos, que hacen girar esos mundos en segundos. Vive solo y su castillo es custodiado por un conejo que ha estado grabe mil años y aun no muere. Un río de lágrimas rodea sus aposentos, y luciérnagas vuelan a su alrededor siendo la única iluminación ante el cielo morado. Me imagino tantas cosas más, que me gustaría que fueran verdad sólo para alejarme de este asqueroso mundo, que exhala podredumbre por todos lados. Por eso es que vivo pensando, ilustrando en mi mente diferentes personas, lugares y vidas, que de alguna forma le dan esperanza a la mía.
odio la calidad de fotos en blogger.
